jueves, abril 5

HIMNOS de la "VIRGEN DE LOS REMEDIOS" , Patrona de IBROS




LOS HIMNOS A LA “VIRGEN DE LOS REMEDIOS”

MARTÍN MORALES LOZANO
Director y Compositor

Hay en la música una cualidad abstracta superior que trasciende nuestra condición, algo que expresa profundas emociones que no se pueden describir con palabras y que, penetrando en el alma por medio de los sonidos, sabe inspirarnos el gusto de las virtudes. Tres elementos esenciales hay en la música: las palabras, la armonía y el ritmo, que son especialmente apropiados para adentrarse en el alma y conmoverla.


HIMNO: El himno es una de las formas poéticas más antiguas, en un principio el himno fue una composición coral (para ser cantada) en honor a un dios, del que se le recuerda los favores, brindar homenajes, o de agradecimiento.


Se convirtió en uno de los géneros poéticos de la literatura clásica grecolatina, para después perpetuarse como género en la poesía latina de la Edad Media.
Posteriormente fue una composición musical revestida de solemnidad usada para transmitir sentimientos graves como el patriotismo o la religión.

Intenta este artículo dar a conocer el trabajo realizado por Martín Morales Lozano, Director de la Banda de Música de Baeza con dos Himnos dedicados a nuestra Santísima Madre la “Virgen de los Remedios”, que he tenido a gusto, por encargo de la Hermandad, transcribir, armonizar, arreglar e instrumentar, de manera que queden recogidos musicalmente y en sus correspondientes partituras y grabaciones y así evitar que de alguna manera se pierdan con el paso del tiempo (el primero), y se puedan interpretar por parte de una Orquesta, Banda de Música ó Coro durante los distintos actos en honor de vuestra Patrona (ambos).


HIMNO A LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS (1)
“Aunque traidores…”


Se trata de una melodía, (de transmisión oral), en modo Mayor cuya autoría, según la tradición sería de Ramón Palomares Ruiz, conocido popularmente con el sobrenombre de “Ramoncillo”, hijo de Rodriguillo el Sacristán, (como me comenta D. Antonio García), al igual que la letra, de carácter popular, sencilla, aunque emotiva, que pudieran ser de alrededor de los años 20 del pasado siglo. Consta de 21 compases en tiempo de 4/4 (Compasillo). Su comienzo es anacrúsico (es decir no comienza al principio del compás). El ámbito de la voz (tesitura), comprende hasta una novena y la armonía está fundamentada sobre los tres principales grados de la tonalidad: Tónica, Dominante y Subdominante.


Está dividida en dos frases musicales. La primera comprende 8 compases, y la segunda está a su vez dividida en dos semifrases de 4 compases cada una, el resto sirve para una pequeña coda final. Los datos musicales han sido obtenidos de una grabación casera que me proporcionaron los miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad.


Ya ha quedado recogida en partitura y se ha arreglado e instrumentado para: Piano, Órgano, Coro con acompañamiento y para Banda de Música como Marcha de Procesión.


HIMNO A LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS (2)
“Salve, salve, Virgen de los Remedios…”
Autor: Diego Galindo Bailón


Para darle estructura de Himno (y con el permiso del autor), se le ha añadido una introducción orquestal de 12 compases, que comenzando en la tonalidad de Sol Mayor, modula en los cuatro últimos a Sol menor, donde comienza la voz.


Se ha agrupado la 1ª y 2ª estrofa (de 8 compases cada una) en una sola que da paso al Estribillo. Le sigue la 3ª estrofa y para finalizar de nuevo el Estribillo, al que se le ha añadido una coda final.


El Himno originalmente constaba de Estribillo (Salve, salve,…) y tres estrofas que se intercalaban entre el estribillo, comenzando siempre por este.


En la armonía se le han introducido algunos cambios sustanciales con el fin de enriquecerlo musicalmente desde el punto de vista instrumental.


La adaptación y arreglos se han realizado para: Piano, Órgano, Coro con acompañamiento, Orquesta y para Banda de Música como Marcha de Procesión.


Espero poder cantarlas con todos vosotros, a los sones de la Banda de Música de Baeza, en la tarde del próximo día dos de mayo, cuando en su trono, con el suave y dulce movimiento de sus horquilleros y horquilleras, nuestra Señora de los Remedios, “Madre de los Ibreños”, un año más, recorra vuestras calles como Reina y Señora de este bello rincón de Andalucía.


Baeza, 30 de Marzo de 2007

COMENTARIO MUSICAL SOBRE EL MISERERE DE ESLAVA DE LA CATEDRAL DE BAEZA


Comentario Musical.

“A todos los hombres y mujeres que desde 1860, hicieron posible que el Miserere llegara a nosotros. A mí Padre, que me enseñó a cantarlo”.

Me pide mi amigo D. José Melgares que para este año de 2007, escriba un comentario Técnico-Musical sobre la Partitura y la obra del “Miserere” de Hilarión Eslava de nuestra Catedral de Baeza, que les pueda acercar a ella desde el punto de vista estético-técnico-artístico, y así conocer algunas características de la composición del genial maestro navarro.

“ Bajo, acompañamiento al Miserere de 4 y 8 voces, con Violines, Flauta, Clarinetes, Trombón, Trompas y Bajo, compuesto por el Mtrº. De la Real Capilla de (S.M.). Dn Ylarión Eslava. Regalo que hace de esta grande obra a esta Sta. Yga. Catedral de Baeza, el sr. Canónigo Dn. Fernando Viedma y Zea. Año de 1860”.

Así consta el anterior texto en la cubierta de la partitura del Bajo.

La Partitura del Director comienza con la inscripción:

Miserere
á 4 y 8 Voces
con Orquesta
Del Mtro Dn. Hilarion Eslava.

La partitura consta de 106 hojas escritas a dos caras en un formato apaisado de 33 cm. de largo por 23’7 cm. de ancho siendo de pliego duro y apergaminado. Las cubiertas son de cartón duro y forradas con tela de color rojo con las esquinas reforzadas que se añadieron para evitar el deterioro que estaba sufriendo la primera y última hoja de la partitura. El trabajo (cubierta y encuadernación) fué realizado por las hermanas Clarisas del convento de San Antonio a petición del entonces director del “Miserere”, el Maestro D. Jerónimo Morales García en el año 1972.
Cada hoja consta de 16 pentagramas donde los instrumentos y voces se encuentran distribuidos comenzando desde la parte superior de la siguiente manera:
(1) - Título del Versículo; (2) - Violín 1º; (3) - Violín 2º; (4) - Viola; (5) – Flauta;
(6) – Clarinete 1º en Sib; (7) - Clarinete 2º en Sib; (8) - Trompas, Mib; (9) – Trombón;
(10) – Tiple; (11) – Alto; (12) – Tenor; (13) – Bajo; (14) - (en blanco);
(15) –Contrabajo; (16) - (en blanco).


La Obra contiene doce versículos, seis para Coro a 4 y 8 voces mixtas y seis para solistas, siendo dos de ellos para dúo. Todos comienzan con una introducción por parte de la orquesta donde se exponen los distintos temas (melodías) que se desarrollarán a lo largo del versículo, exceptuando el nº 12 “Tunc imponent” que solo tiene un compás de introducción.

Las voces vienen escritas como era habitual hasta hace bien poco en las cuatro claves clásicas, es decir: Tiple (do en 1ª), Alto (do en 3ª), Tenor (do en 4ª) y Bajo (fa en 4ª).
Los instrumentos transpositores en algunos versículos también están escritos en distinta afinación así en el nº 3 “Amplius…”, nos encontramos escrito los clarinetes y trompas en Do, en el nº 6 “Auditui meo…”, los clarinetes también están en Do y las trompas en Sol y en el siguiente versículo nº 7 “Cor mundum…”, son las trompas las que siguen en Sol.

Nº1 - “Christus factus est…” (Andante.). Coro a 4 y 8 voces mixtas.
Consta de 80 compases. Tonalidad: Sol menor/Sol Mayor

Esta antífona no pertenece al Salmo 50 (Vulgata) ó 51 (Biblia hebrea) y nos sirve a modo de introducción para el canto del “miserere”
Los 19 primeros compases a cargo de la orquesta exponen los dos temas principales que va a desarrollar posteriormente el coro. El primer tema será en la tonalidad original y el segundo en la de su relativo, Si bemol Mayor. La entrada del coro es “a capella” (voces solas, sin acompañamiento instrumental), (dos compases) y en pianísimo, solo a tres voces (Altos, Tenores y Bajos) y contestada a modo de respuesta por la voz Tiple. El segundo tema, presentado por los Bajos a modo de canon (imitación), con unas pequeñas variaciones en su desarrollo, nos devuelve a la tonalidad de Sol menor, concluyendo con una pequeña coda (pasaje breve ó extenso que se añade al final de una composición), donde terminaba cuando se cantaba durante los oficios de Miércoles Santo. Resulta especialmente sobrecogedor el unísono (una solo voz) de coro y orquesta sobre el texto”usque ad mortem”(que define el sentimiento de miedo y dolor que siente el ser humano ante la muerte). El fragmento que le sigue (18 compases), cambia de tonalidad a Sol Mayor, aunque esta parte hoy ya no se canta, Solo se interpretaba durante los oficios de Jueves Santo.

Nº2 - “Miserere mei…” (Andante mosso). Coro a 4 y 8 voces mixtas.
Consta de 104 compases. Tonalidad: Do menor.


Podemos dividirlo en dos partes bien diferenciadas. La primera comienza (ocurre en todos los versículos), con una introducción orquestal de 23 compases exponiendo las tres frases principales del versículo con un diferenciado contraste en el matiz y en la instrumentación, donde destaca el dulce y delicado diálogo entre flauta y clarinete.
La entrada del coro está a cargo de los Tenores (fuerte, lleno de vigor, implorando perdón y expresando el gran sentimiento de arrepentimiento del Rey David por el pecado de adulterio y homicidio cometido contra Urías). El comienzo es anacrúsico (el compás no es completo), exponiendo la primera idea musical del versículo al que le siguen el resto de voces. La segunda idea aparece en la tonalidad del relativo Mi bemol Mayor, donde contrasta el sinuoso canto del coro con el bello diálogo de las maderas, continuando con una secuencia a dos voces y a dos coros en la tonalidad de Mi bemol menor que de forma escalonada (Tiple-Tenor/Alto-Bajo) nos conduce a un solo de Tiple donde la voz entona (acompañada por la cuerda) la primera frase de los Tenores con la que comienza este versículo, pero haciéndolo ahora en el tono de Mi bemol Mayor. Luego se le une el coro (sin contraltos) y nos conducen al tercer tema, de nuevo en Do menor, comenzando con un dúo por sextas de Tiples y Contraltos al que responden por terceras las voces masculinas con un gracioso y original intervalo de 2ª aumentada sobre el texto “misericordiam tuam”. La segunda parte es a modo de reexposición, con algunas variantes, y para finalizar, una coda de 12 compases usando el tercer motivo.

Nº3 - “Amplius lava me…” (Allegrº Moderato). Solo de Tiple.
Consta de 132 compases. Tonalidad: Do Mayor.

De una gran riqueza melódica, en este versículo, Eslava crea un diálogo entre la voz Tiple y la Flauta, dándole tanta importancia a una como a la otra. Treinta compases de introducción destacando el papel de flauta y clarinetes nos conducen a la entrada de la voz que desarrollará en esta primera sección dos ideas musicales en la tonalidad de Do Mayor y Sol Mayor respectivamente. La segunda idea a su vez esta dividida en dos frases, siendo la segunda frase muy emotiva cuando modulando a Sol menor y sobre un pedal (nota mantenida por algún instrumento durante varios compases) de la trompa se hace acompañar a la voz por la cuerda en pizzicato (pellizcando). Acaba esta sección con un solo de flauta a modo de fermata (solo instrumental y a placer). La segunda sección es una reexposición de la primera, finalizando con una coda de ocho compases donde llama poderosamente la atención el “do” sobreagudo de la tiple para finalizar, Eslava lo escribió a octava baja, pero es costumbre hacerlo así.

Nº4 - “Tibi soli…” (Larguetto). Coro a 4 y 8 voces mixtas.
Consta de 137 compases. Tonalidad: Do menor.

De comienzo anacrúsico, la introducción consta de 20 compases, donde solo se expone el primer tema de la sección primera. Arranca la primera sección “a capella” y en pianísimo, repitiendo la frase dos veces (como manifestando el arrepentimiento y pidiendo el perdón). El segundo tema en Mi bemol Mayor comienza con un sorprendente dúo de tenores y bajos que en su segunda frase, sobre el texto “et vincas…” , imita a la cuerda como si se tratase de un pizzicato (en piano), este pasaje es de una perfecta sonoridad y equilibrio. La segunda sección repite los diferentes motivos que hemos escuchado anteriormente finalizando con una coda de ocho compases.

Nº5 - “Ecce enim…” (Allegrº Moderato). A Solo con ac. de orquesta.
Consta de 166 compases. Tonalidad: Mi bemol Mayor.

Posiblemente sea el solo más difícil de interpretar desde el punto de vista técnico por su extensión, fraseo y expresión y por estar escrito en un registro bastante agudo y continuado para el solista. Consta de una introducción orquestal de 30 compases. Dividido en dos secciones, en la primera, el/la solista expone las dos ideas musicales principales del versículo en la tonalidad de Mi bemol Mayor y Do menor respectivamente que nos acercan al sentido del texto. Concluye esta sección con tres calderones (parada suspensiva del tiempo ó movimiento) en la voz que nos dirigen a la segunda sección y en esta volveremos de nuevo a escuchar esa bella melodía que nos hará recordar el sentir de la verdad. Destaca en este versículo la importancia que en la instrumentación dá el maestro Eslava a las Trompas, destacando especialmente en la segunda sección sobre todo en la última frase musical y en la coda.

Nº6 - “Auditui meo…” (Allegro, no mucho). Coro a 4 y 8 voces mixtas.
Consta de 169 compases. Tonalidad: Sol Mayor.

Es el versículo para Coro de mayor dificultad, por el ámbito en que se desenvuelven las voces, siempre en una tesitura bastante aguda, apurando al máximo el registro y la extensión de las voces. Tras 39 compases de introducción, irrumpe con fuerza un bello y brillante motivo en la tonalidad principal. Es un canto de alegría y esperanza en la resurrección. “Auditui meo dabis gaudium et laetitiam” - <<Óyeme y me darás gozo y alegría>>, no se puede expresar de una manera más clara y significativa. Para el segundo tema (en Re Mayor – tono de la dominante)), Eslava usa de nuevo el dúo entre partes pero ahora lo hace a voces mixtas (Tiples y Bajos), al que contestan Altos y Tenores, consiguiendo unos pasajes de magistral belleza. Tras la reexposición, y para finalizar, usa un vibrante tutti (todos: coro y orquesta), donde los Coros sueltan la válvula de escape a todo pulmón, a una sola voz sobre el texto “ et exultabunt…”, resultando un final grandioso.

Nº7 - “Cor mundum…” (Moderato afectuoso). Solo de Tenor ó Tiple.
Consta de 174 compases. Tonalidad: Sol menor.

Comienza este versículo con 32 compases de introducción orquestal. Dividido en dos secciones casi simétricas, la voz va ha desarrollar tres temas distintos, el primero en la tonalidad original y los otros dos en Si bemol Mayor. Pero lo más sorprendente y característico de esas tres frases musicales es la belleza de sus melodías, distintas entre sí en sus acompañamientos y originales por la forma de instrumentar cada una de las partes. Lleno de sentimiento el arranque del primer motivo sobre el arpegio (notas escalonadas de un acorde) de Sol menor “Cor mundum…”, prepara al oyente a escuchar una oración. En el segundo motivo, en tono mayor, seguiremos percibiendo a modo de súplica “…renueva en mí un espíritu recto” el mismo sentimiento de perdón que se convierte en alegría cuando al exponer el tercer tema, hace acompañar la voz con un contracanto ejecutado por los violines primeros y la flauta añadiéndole un toque de belleza singular. Tras la segunda sección, una coda de 10 compases nos conduce a un hermoso final lleno de emotividad. Es uno de los pasajes más bellos del Miserere.

Nº8 - “Redde mihi…” (Andante mosso). Dúo de Tiple y Alto.
Consta de 135 compases. Tonalidad: Si bemol Mayor.

Bellísimo Dúo impregnado de gracia y bellas melodías donde las dos voces solistas se enlazan dibujando giros de preciosa imitación.
Comienza el versículo con 20 compases de introducción orquestal tras los cuales el Alto, expone la primera semifrase, a la que contesta la voz Tiple, (en octava alta), completando la frase. Ahora continúan a Dúo (por sextas) en un afectuoso y dulce diálogo con los clarinetes que nos conducirá al final del primer tema de esta sección. El segundo tema, bella melodía expresada con claridad, nos induce al fervor y a la piedad, se inicia con una pequeña introducción, (ocurre una sola vez en toda la obra), de la cuerda, violines 1º en divici (a dos), y siguiendo el mismo esquema del inicio, comienza la voz del Alto al que sigue la Tiple pero ya en Fa Mayor, que concluirá con una coda modulante para la reexposición. Concluye el versículo de una manera brillante, insistiendo sobre el texto “ confirma me…” atacando las voces en una tesitura aguda y finalizando sobre la nota “si” bemol.

Nº9 - “Libera me…” (Larguetto). Solo de Bajo.
Consta de 151 compases. Tonalidad: Do menor.

La introducción (12 compases) es un bello pasaje a cargo del 1er. Violín que expone la primera idea musical a la que seguirá la voz del bajo de una manera aterciopelada y dulce, creando entre ambos un delicioso diálogo. Es un pasaje de una categoría musical excelente. Para la segunda idea, Eslava propone una original frase que cambia por completo el sentido del versículo, introduciendo un cambio de compás, (del compasillo inicial a un 3 por 4), y además un cambio de tiempo, pues si comenzó en Larguetto (menos lento), ahora continuará en Allegro Moderato (más rápido) y en la tonalidad de Mi bemol Mayor, como invitándonos a pasar de la tristeza y el arrepentimiento a la alegría del que se sabe perdonado. Magnífica lección musical la de este versículo.

Nº10 - “Quoniam…” (Allegro Moderato). Coro a 4 y 8 voces mixtas.
Consta de 124 compases. Tonalidad: Do menor.

Tras 24 compases de introducción orquestal, la entrada de los coros (a una sola voz) es una explosión de júbilo, que se va recreando durante este primer motivo con un juego de contrastes entre el fuerte y el piano acabando en un crescendo con la entrada del coro de Bajos creando un ambiente de exaltación y júbilo. El segundo motivo de este versículo en tono de Mi bemol Mayor, es la exposición de una fuga (los coros entran uno tras otro exponiendo la misma frase “sujeto”, aunque en distinto tono) a la que siguen las distintas entradas: Tenores-Contraltos y Tiples. Es de una belleza impresionante y de un alarde técnico magistral. El maestro Eslava derrochó su genialidad a “raudales” en este versículo.

Nº11 - “Benigne fac…” (Largo). Dúo de Tiple y Bajo.
Consta de 80 compases. Tonalidad: Mi bemol Mayor.

Es el más corto de los versículos del Miserere, pero no por ello pierde su grandeza con respecto a los otros. Los dos motivos principales son de una gran belleza y encanto.
Diez compases de introducción dan paso a la entrada de la Tiple que muestra la primera frase musical (en el tono original) a la que responde el Bajo en el tono de la dominante (Si bemol Mayor), para continuar ambos a dúo (por terceras) y finalizando este pasaje a modo de diálogo entre ambas voces (pregunta-respuesta). La segunda sección comienza con esta especie de diálogo, pero esta vez y como novedad, en el tono original (antes las segundas secciones de los versículos lo han hecho en la dominante ó el relativo), al que le sigue un elegante y exquisito dúo contestado por los clarinetes. Sorprendente y encantador número.

Nº12 - “Tunc imponent…” (Allegro). Coro a 4 y 8 voces mixtas.
Consta de 128 compases. Tonalidad: Do menor.

Soberbio, espléndido, magnífico, … todos los calificativos se quedan cortos para describir este último versículo con el que acaba el Miserere. Sin introducción orquestal (solo un compás para dar la tonalidad), irrumpe el coro en una genial entrada a cuatro voces con un movimiento vivo y lleno de fuerza. A modo de fuga entran de manera escalonada los cuatro coros sobre el texto “super altare…” consiguiendo un soberbio efecto de grandeza. Y como “después de la tempestad, viene la calma”, el siguiente pasaje se desarrolla en un sublime pianísimo que nos conduce al tema inicial. Para acabar, una coda de Coro y Orquesta nos propone un espectacular y grandioso final, prolongado por una segunda coda orquestal.

Baeza, 14 de Enero de 2007.
Martín Morales Lozano
Director y Compositor.


Nota del autor del artículo:
“Por desgracia, hoy, D. José, no lo podrás leer entre nosotros, pero estoy seguro que lo estarás haciendo desde el cielo. ¡Cuánto te echamos de menos!. ¡Va por Ti!. Un beso”.